Mala memoria

 

No cabe duda: los latinoamericanos debemos tener en nuestro cerebro una deficiencia genética que es proclive al olvido histórico. De otra manera, no hay manera de explicar lo que ha estado pasando en los últimos años en la escena política.

 

Tomemos como ejemplo a Alán García, quien fue presidente de Perú de 1985 a 1990. Su gobierno se caracterizó por la peor crisis económica en su historia, con una insólita hiperinflación, un recrudecimiento de los embates del terrorismo liderado por Sendero Luminoso, y por diversos actos de corrupción que involucraban a gente del régimen. Todo esto trajo un gran descontento social. Las manifestaciones en contra de su gestión eran cosa de todos los días.

 

Como parte de sus amarres políticos, fue declarado senador vitalicio en 1990; pero las diversas acusaciones provocaron que en 1991 fuera retirado temporalmente del Senado para llevarle a cabo una investigación. Producida la crisis constitucional de 1992, escapó hacia Colombia y Francia aduciendo una persecución política hacia su persona por parte del régimen de Alberto Fujimori. Fue declarado reo contumaz; sin embargo, dada su larga ausencia del país como prófugo de la justicia, los delitos de cuales fue acusado prescribieron, aunque nunca fue declarado inocente.

 

En cualquier país esto significaría el fin de la carrera política; pero no en Perú. A la caída de Fujimori, García retornó al país y a la política, al grado tal que en el 2006 ganó la presidencia en la segunda vuelta. Su segundo mandato no fue tan desastroso como el primero; aunque fue marcado por la corrupción.

 

Casualmente, en el mismo primer período de García, otro hombre, Daniel Ortega, estuvo en el poder en Nicaragua. Mismo periodo: 1985-1990.

 

Durante su gestión puso en práctica muchas de las ideas del partido. Partes del programa sandinista estaban inspiradas en el sistema socialista, marxista y leninista de Fidel Castro en Cuba, mientras que otras mostraban la influencia de los partidos socialistas europeos llevando a cabo una política progresista con una total intervención del estado, opuesto con el mantenimiento de la libertad de mercado y comercio del sector privado.

 

Esto sumió al país en una guerra que, junto a la deficiente administración pública y políticas populistas, acarreó la más grave crisis económica y política en la historia del país.

 

Ante la presión de la crisis interna y la presión internacional, Daniel Ortega se vio forzado a convocar elecciones democráticas generales en1990, en las que fue derrotado por la candidata Violeta Barrios de Chamorro de la Unión Nacional Opositora (UNO), que se estableció como una alianza que integraba las principales fuerzas de oposición conformadas por fuerzas de derecha, centro derecha, centro izquierda e izquierda del país.

 

A partir de este punto, ya en la oposición, se vio involucrado en diversas huelgas que buscaban la desestabilización del país.

 

En el 2006, ganó las elecciones presidenciales con posturas más moderadas. Este segundo mandato se ha caracterizado por diversas crisis diplomáticas, sus ligas con el narcotráfico y por la formación de un bloque populista junto con Chávez y su sucesor Maduro. Las noticias de la grave crisis política que sufre éste país son de primera plana

 

En el caso de México, el PRI gobernó durante casi 70 años, 60 de ellos de manera absoluta. Fue famosa la frase de Vargas Llosa donde llamó a México la “Dictadura Perfecta”. La democracia fue abriéndose paso desde 1989 hasta que en el 2000 por fin se rompió el monopolio presidencial. Muchos auguraban que éste sería el fin del partido… Después de la debacle electoral del 2006 el PRI renació de entre las cenizas y se llevó la presidencia de la República en el 2012.

 

En los años 70´s en nuestro país Echeverría, presidente en ese momento de la Internacional Socialista, implantó una serie de políticas proteccionistas y estatistas, que su sucesor López Portillo continuó, que puso a México en una gravísima crisis que siguió sintiéndose 10 años después de que estos personajes terminaran sus respectivos mandatos. Hoy, López Obrador ganó las elecciones enarbolando muchas de estas políticas que ya se creían superadas, no sólo en la mayor parte del mundo civilizado, sino también en México.

 

Varios factores influyeron para que México iniciara su regreso a tiempos que se creían idos: la profunda decepción del electorado en la oposición, la esperanza de que la democracia solucionaría todos nuestros problemas, el cambio del discurso político del PRI y, porque no decirlo, la pésima actuación actuación de algunos gobernadores priistas, y panistas…

 

Ante la preocupación, y en algunos casos pánico de muchos, las primeras semanas después de las elecciones han sido reveladoras, y parece que el discurso para ganar votos es distinto al que AMLO está utilizando ahora que ya ganó las elecciones. Mientras que a principios de año nos decían que la economía nacional estaba al borde del abismo y el PRIAN había empobrecido a millones de mexicanos, el futuro Secretario de Hacienda ha dicho que la economía está estable, hay disciplina fiscal, los precios de la gasolina seguirán administrándose como hasta ahora, que México es un oasis para la inversión extranjera…

 

Sólo me queda una duda, ahora que Morena se llevó la presidencia y la mayoría absoluta en las Cámaras… ¿seguirán siendo tan demócratas como lo dicen sus discursos ahora, o regresaremos a la dictadura de partido?